En 1982, Francisco hijo, toma las riendas del despacho primitivo del arenal.
Tras su cincuenta aniversario y dándole un giro radical al despacho, amplia el negocio a Cafetería, introduciendo nuevos horarios y salón de té con idea de compartir café y dulce.
El público se multiplica y existe una tendencia a comer en barra, decidiéndose a instalar cocina.
En un periodo de cinco años, su plantilla se ve aumentada a 30 trabajadores.
En la década de los setenta, la pastelería da un vuelco gracias a las tendencias francesas de la época, reduciendo el tamaño del dulce, rebajando los azúcares e introduciendo pastelería pequeña, salados y bombones.
Su afán es seguir utilizando las mejores materias primas y mejorar día tras día.
Viaja a diferentes concursos y Ferias de Pastelería Nacionales como en León, Madrid, Barcelona, etc.
En 1979, en el Concurso Nacional de Pastelería-Confitería que se organizaba en Valencia, MAICOP -79, Francisco y sus hijos, reciben la Medalla de Oro en Pastelería Artesana.